Starr
Richard King, Mifflin Kenedy, y dos personas más fundaron en 1850 una naviera de vapores para el transporte de mercancías por el Río Grande. La empresa alcanzó casi el monopolio de las actividades de transporte en el río entre la década de 1850 y 1874, año en que se disolviera la compañía. El almacén de Mifflin Kenedy, donde almacenaba su algodón y otras mercancías, es la última reliquia de aquellos años que también abarcaron el periodo de la Guerra de Secesión estadounidense. Construido en 1854, el almacén se levantaba cerca del embarcadero de vapores en la calle Water Street, en Río Grande City, lugar que acabó siendo un punto oficial de embarque y arribo internacional de la Confederación. Las balas de algodón llegaban en carros y tiros de bueyes a puertos fluviales como el de Río Grande City, donde se almacenaban y se transportaban río a través en embarcaciones a los puertos mexicanos en la ribera opuesta, y desde allí en buques neutrales hasta el Golfo de México. En 1864, el Primero de Caballería de los EE. UU. reocupó los barracones de Ringgold y se incautó del algodón almacenado en este establecimiento.
Antiguo cementerio de Río Grande
El mismo año en que el territorio al norte del Río Grande se anexionó a los Estados Unidos en virtud del Tratado de Guadalupe Hidalgo, Henry Clay Davis e Hilaria Davis, residentes de Río Grande City, donaron terrenos para un cementerio municipal en el que empezarían poco después los enterramientos. Davis (1814-1866), veterano de la Guerra de Intervención, e Hilaria de la Garza-Davis se encuentran inhumados en el centro del mismo. También se encuentra enterrado allí el sargento Lino Hinojosa, quien se uniera al ejército de la Unión el 10 de septiembre de 1863 en Brownsville como parte del Segundo de la Caballería Texana de los EE. UU. El cementerio continuó operativo durante la Guerra de Secesión y después de la misma, albergando las tumbas de muchos veteranos de la contienda así como de otras figuras notables de la época.
Nacido en 1824 en el seno de una distinguida familia, titular de una gran concesión de tierras en el Sur de Texas, Juan Cortina vio sus propiedades y las de sus vecinos amenazadas por la anexión estadounidense. Cortina reclutó un ejército capaz de luchar a ambos lados de la nueva frontera y, en lo que acabó conociéndose como la «Primera Guerra de Cortina», sus fuerzas tomaron control de la ciudad de Brownsville. Cortina fue repelido por una milicia local llamada «Los Tigres de Brownsville», pero proclamó una declaración sobre los derechos de los mexicanos y los tejanos en la que exigía la condena de quienes los transgredieran. Las tensiones entre Cortina y los Rangers de Texas se acrecentaron y, en diciembre de 1859, estos últimos dirigidos por John S. «Rip» Ford y el mayor Samuel P. Heitzelman acosaron al ejército de Cortina. En la batalla que tuvo lugar en Río Grande City, Cortina fue derrotado y perdió sesenta efectivos, aunque él mismo y los supervivientes de entre sus hombres se retiraron hacia México tras intentar tomar el vapor Ranchero, una embarcación propiedad de sus denostados enemigos Mifflin Kenedy and Richard King. Con el estallido de la Guerra de Secesión estadounidense en mayo de 1861, las fuerzas de Cortina invadieron la población de Zapata, sólo para ser derrotadas por el capitán confederado y futuro coronel Santos Benavides. Considerado un forajido por los anglosajones de la región, otros le recuerdan en El Valle como una figura heroica que luchó por los derechos del pueblo hispano. Cortina se implicó en la guerra mexicana contra el ejército francés, fungiendo posteriormente como gobernador de Tamaulipas y comandante en jefe del Ejército Mexicano del Norte. Falleció en México en 1894, exiliado de las tierras pertenecientes a su familia.
La casa John Vale/Noah Cox, ubicada en el distrito histórico de Roma, Texas, sirvió tanto de hogar como de comercio para John Heinrik Vale y Noah Cox, dos personajes profundamente implicados en las actividades relacionadas con la Guerra de Secesión en Roma. Vale, inmigrante sueco que había llegado a Estados Unidos en 1840 en busca de aventura, fue voluntario en el ejército de ocupación de Zacarías Taylor durante la Guerra de Intervención, y estuvo destinado en la localidad de Camargo. Decidió quedarse en la región, contrayendo matrimonio con una mujer de Ciudad Mier, en Tamaulipas, y estableciendo su residencia de este lado del río en Roma. En 1853, construyó una casa de dos pisos en la plaza mayor de la localidad, y tres años después, la vendió a Cox, un representante de la firma con sede en Nueva Orleáns, Stadeker & Mecklinburger & Cox. Éste continuó utilizando la casa como residencia particular y centro de operaciones mercantiles durante la Guerra Civil, en la que sirvió como jinete de la Caballería Confederada de Texas. Por su parte, Vale se involucró con resolución en el lucrativo comercio algodonero, cuyo flujo se concentraba a través de la ciudad de Roma durante esa contienda, asociándose en diversos negocios con Joseph Kleyber, un personaje clave en las operaciones comerciales confederadas en el Golfo de México.
En el corazón del histórico Fuerte Ringgold se levanta la residencia del comandante, un edificio que se remonta a la década de 1850. Durante la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, la edificación contempló cómo las tropas unionistas y confederadas abandonaban y reocupaban este emplazamiento. Desde el porche orientado en dirección sur, los soldados contemplaban los vapores que remontaban el Río Grande y oteaban en la distancia el paisaje mexicano al otro lado de su curso. En la actualidad, un manchón de árboles de escasa estatura señala el lugar donde se levantaba el repecho original en la ribera del río, que se desplazó gradualmente hace ya muchos años. Uno de los huéspedes destacados de esta residencia fue el teniente coronel Robert E. Lee, un oficial del ejército de los EE.UU. que sería con posterioridad el famoso general confederado. Visitó en 1856 los barracones de Ringgold para participar en un consejo de guerra y, posteriormente en 1860, durante la gestión y el desenlace del asalto de Juan Cortina en el meandro de La Bolsa. Cuanto estaba en campaña, Lee por lo general prefería dormir en su tienda, pero como invitado del comandante del cuartel, pudo haber compartido alojamiento en el mismo edificio, lo que propició la denominación popular de «La casa de Robert E. Lee». En la actualidad, la construcción alberga la Casa-Museo Robert E. Lee.
Ubicada en el punto accesible tierra adentro más alejado para la navegación a vapor en el Río Grande, la ciudad de Roma fue un centro de gran importancia en el trasiego del algodón desde el interior de Texas durante la Guerra de Secesión. Las balas de algodón se embarcaban desde los carros en el centro de la ciudad y se despachaban corriente abajo por las aguas oficialmente neutrales del río, hasta el puerto marítimo mexicano de Bagdad, en México, donde se exportaban de manera legal para su manufactura en Europa. Este comercio fue una fuente crucial de financiación para el empeño bélico confederado y, después de la guerra, Roma continuó siendo un centro de comercio fluvial hasta la década de 1880, cuando la disminución del caudal del río hizo imposible la navegación comercial y la ciudad cayó en la oscuridad. Fue este infortunio económico, precisamente, lo que hizo que se conservara buena parte de las obras arquitectónicas históricas, incluyendo numerosos lugares de importancia durante la Guerra de Secesión. Entre esas estructuras se encuentra la casa Rodríguez, en la zona del antiguo embarcadero, en la esquina de las calles Juárez con Portscheller. Durante la Guerra de Secesión, este edificio servía como almacén para el comercio, río abajo, del algodón. Cerca de allí, en la zona de la Plaza, se encuentra la casa de Leocadia García, que construyera el inmigrante sueco John Vale como su residencia, en el piso superior, dedicando la planta baja a sus actividades comerciales durante la época de la Guerra de Secesión. En el extremo opuesto de la plaza se encuentra la iglesia católica romana de Nuestra Señora del Refugio, que desempeñó un papel crucial durante la contienda. El distrito histórico de Roma, Texas, se incorporó en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1972, y fue catalogado como emplazamiento nacional de valor histórico en 1992.
A dos manzanas desde el embarcadero de vapores en la localidad de Roma, Texas, se encuentra una estructura de piedra arenisca construida en 1853 por el primer abogado de la ciudad, Edward R. Hord. Nacido de Virginia, Hord llegó a El Valle del Río Grande en 1846 con un regimiento de voluntarios durante la Guerra de Intervención en México y, en la década de 1850, ejerció de abogado en funciones de los herederos de las concesiones de terrenos españolas de la región, conocidas como «porciones», en demandas interpuestas contra los EE. UU. Fue congresista estatal en representación del condado de Starr durante la cuarta, quinta y sexta legislaturas del Estado de Texas (1851-1856) y fue elegido delegado del mismo condado en la convención secesionista de 1861. Si bien rechazó un nombramiento inmediato en la milicia de Texas, hacia 1863 había alcanzado el rango de coronel en la Caballería Confederada del Oeste, al mando del coronel John S. «Rip» Ford. Durante ese período, utilizó el edificio de su casa y bufete como cuartel general. Décadas más tarde, fue comprado décadas muchos años más tarde por el doctor Mario Ramírez, quien lo convirtiera en hospital y residencia durante la década de 1930.
Ubicado sobre un repecho en la ribera del río desde el que ambos países resultan visibles, el campamento Ringgold fue establecido en 1848 por un cuerpo de ingenieros zapadores del ejército. Después de la guerra entre ambos países, conocida como Guerra de Intervención de EE.UU., el gobierno mexicano fue obligado a renunciar a sus reivindicaciones territoriales en Texas y el suroeste de lo que en la actualidad es Estados Unidos. A petición de la parte mexicana, el ejército estadounidense construyó diversos fuertes a lo largo del Río Grande, desde Brownsville hasta Eagle Pass. El campamento Ringgold, posteriormente conocido como «los barracones de Ringgold», se estableció en honor al mayor Samuel Ringgold, quien falleciera en la Batalla de Palo Alto en 1846. En las cercanías se encontraba el asentamiento del Rancho Davis, posteriormente denominado Río Grande City. Durante la Guerra de Secesión estadounidense, el emplazamiento cambió de manos en diversas ocasiones desde 1861, cuando fue ocupado por las fuerzas confederadas. A finales de 1863, las tropas unionistas incursionaron de nuevo en El Valle del Río Grande y tomaron el campamento, sólo para ser éste de nuevo ocupado por los rebeldes al mando de los coroneles John S. «Rip» Ford y Santos Benavides. Gracias a su esforzada resistencia, el baluarte continuó bajo bandera confederada hasta final de la guerra y, después de 1865, recibió la denominación de «Fuerte Ringgold», siendo remodelado con edificaciones permanente de ladrillo. En él se encontraron acuarteladas hasta principios del siglo XX unidades afroamericanas, entre las que se incluían El Regimiento Negro de la Unión durante la Guerra de Secesión estadounidense y, posteriormente, la fuerza regular afroamericana segregada (los denominados «soldados búfalo»), protegiendo desde allí a la comunidad fronteriza de las inestabilidades locales. Al igual que ocurriera en Brownsville en 1906, los soldados negros de Ringgold tuvieron que soportar prejuicios y discriminación, lo que condujo a un estallido de violencia racial en 1899. En 1944, el ejército clausuró este fuerte histórico cuando movilizó a Birmania el 124 de Caballería durante la Segunda Guerra Mundial.
Tres regimientos pertenecientes al U.S.C.T. (siglas en inglés de United States Colored Troops, un contingente conocido como el «Regimiento Negro»), entraron en El Valle en el otoño de 1864. Acuartelados en la Isla de Brazos Santiago, este cuerpo fue organizado después de que el presidente Abraham Lincoln promulgara la Emancipación de los esclavos en Estados Unidos en 1863. Un destacamento la 62 de Infantería combatió a los confederados en la Batalla de Rancho Palmito el 13 de mayo de 1865. Dos semanas después, el 30 de mayo, la 62 y otras unidades del ejército se desplazaron hasta Brownsville y ya para entonces casi 16 000 veteranos del regimiento negro del 25º Cuerpo del ejército habían llegado desde City Point, Virginia. Pronto fueron desplegados, distribuyéndose entre los fuertes Brown, de Brownsville, Ringgold, de Río Grande City, McIntosh, de Laredo, y Ducan, de Eagle Pass, así como en otros emplazamientos menores, a fin de evitar que los antiguos confederados establecieran un gobierno en el exilio y un ejército en México. Posteriormente, el Regimiento Negro y sus sucesores, los llamados «soldados búfalo» (tal como los denominaban los indios de las praderas) patrullaron la frontera para evitar que la violencia que se desarrollaba en México se propagara a través de la frontera en los Estados Unidos, así como para disuadir a bandidos e indios de atacar a las comunidades locales. Los soldados negros se ajustaron bien al árido terreno desértico y a la diversidad cultural de El Valle, tal como reflejó el sargento mayor Thomas Boswell de la 116: «Si nuestro regimiento permanece aquí tiempo suficiente acabaremos hablando todos español, porque estamos aprendiendo muy rápido». La última compañía del Regimiento Negro, la 117, abandonó el Río Grande en julio de 1867.